martes, 10 de agosto de 2010

COMPRENSIÓN Y EXPLICACIÓN EN SOCIOLOGÍA Y EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL, I. C. Jarvie [comentario de P. Winch]

en "La explicación en las ciencias de la conducta, R. Borger y F. Cioffi (eds.), Alianza, Madrid 1982, pp. 159-207.

(160) Comprender un ser humano y comprender un átomo no son procesos diferentes. No podemos más que intentar traducir las sociedades que nos son extrañas en términos de la nuestra, y únicamente allí donce aparecen lagunas e inconsistencias en nuestra traducción examinamos nuestras preconcepciones y las cambiamos. No considero el relativismo como la única alternativa respetable ni como una alternativa satisfactoria.

(161) Argumenta también si se me permite una primera y tosca aproximación a su posición (Winch en la idea de una ciencia social) que los juicios de valor interculturales serán siempre juicios erróneos y por tanto deben ser evitados porque no hay juegos lingüísticos en los que los juicios de valor interculturales pudieran ser jugadas legítimas.

[la posición de Winch en esbozo]

(162) El argumento central de Winch es que al decir que lo que los primitivos creen no corresponde a la realidad objetiva estamos hablando en términos de una realidad concebida al parecer como exterior a cualquier lenguaje y cultura. El camino hacia la comprensión es, no obstante, el recurri a los problemas universales (163) de la vida humana; pero sin darle soluciones universales, puesto que éstas estarían fuera del lenguaje y la cultura, lo cual es imposible.

[desarrollo de la posición de Winch]

(166) No existe por tanto, para Winch ninguna realidad externa u objetiva con la cual mesurar un universo de discurso: o bien, suponiendo que Winch piense que existe una realidad externa, la discusión sobre ella no puede tener lugar dentro de ese universo de discurso. Por tanto el problema con la magia de los Zande consiste simplemente en saber si aquella constituye un juego, un universo de discurso, una concepción del mundo o una forma de vida coherentes.

(167) En realidad "decir de una sociedad que posee un lenguaje es decir también que tiene un concepto de racionalidad" (318) y lo que cuente como consistencia depende de un contexto vital más amplio. ¿Existe algo universal que pueda servir como medio para qu epodamos comrpender otras formas de vida sin necesidad de vivirlas) Winch señala el trío del nacimiento, copulación y meurte de Eliot como puntos alrededor de los cuales ha de organizarse una sociedad. La ciencia de la sociedad puede empezar a partir de la maternidad, el matrimonio y los entierros.

[decisión crítica de Winch]

(168) El problema no es por tanto si la magia o la fisiología explican verdaderamente la muerte, sino si la elección entre una concepción del mundo abierta o cerrada puede ser discutida racionalmente. Y aquí la idea de Winch parece ser, a grandes rasgos, que la cuestión no puede discurtirse racionalmente porque existen diferentes criterios de racionalidad implicados en cada una de las posiciones, y solo podríamos decidirla si se le permitiera a un bando imponer sus criterios al otro. Si esto ocurriera solucionaría la dispuesta antes de empezar -como Winch mistra trata de hacer sugerir que el resultado sería inconclusivo. En este punto es donde se acaba mi acuerdo con Winch. Yo sostendría que existe algo parecido a una comunidad de la racionalidad. Esta racionalidad consiste en último término en aprender de la experiencia y especialmente de los errores.

(169) Argumetaré que, en contradicción de la idea de Winch de que los criterios de racionalidad son incomporables, es posible la argumentación racional entre sistemas abiertos y cerrados; en realidad, el modo en que descubrimos problemas intelectuales y progresamos intelectualmente (tanto ontogenética como filogenéticamente) depende de que pueda llevarse a cabo tal argumentación (no solo entre primitivos y no primitivos, sino también entre Einstein y Bohr).

(170) Una contradicción existe tanto como si alguien que se enfrenta a ella la ve como si no, si rehúsa verla o si es indiferente respecto de si la ve o no. Su objetividad -su realidad- no se ve afectada por ninguna de estas dificultades.

(171) Winch parece pensar que los Zande viven por su magia y que nunca se sientan un momento para pensar o decir "esto es lo que creemos y lo que creemos es verdadero" pues para decir esto habrían de tener alguna idea de lo que significaría que fuera falso. Winch afirma que sus creencias no son hipótesis y que, por tanto, no son susceptibles de duda en el modo en que lo son las hipítesis. Esto equivales a la afirmación de que una cultura acepta su evaluación de sus propias creencias.

(173) Siempre que una cultura pueda adaptarse a nuevas ideas e incorporarlas en su modo de vida, la tesis de Winch no es válida. O si no es más bien el caso que las sociedades están en interacción constante tanto con sus vecinos como con ellas mismas con su historia y que ningún sistema aislable de ideas o significados es nunca fijo y permanente.

(175) Ninguna culura es realmente un sistema cerrado y cualquiera que sueñe esto tendrá un brusco despertar. Existen únicamente grados diferentes de apertura. Y puesto que no son inconsútiles, la posibilidad de constrase y autoevaluación está siempre presente. La sociedad Zande difiere de la nuestra principalmente en que no posee una tradición de autoreevaluación ni instituciones que apoyen esa tradición.

Mi última afirmación crítica es que la curiosa idea de Winch de que las creencias primitivas no pueden discutirse críticamente al modo occidental las vacía de contenido empírico. La ciencia occidental es realista: creemos que las afirmaciones del mundo son verdaderas o falsas. La realidad de ese mundo es extralingüístico. Winch niega esto último y niega por tanto el realismo.

(176) Suponiendo que una cultura es coherente y que se trabaja dentro de sus bien interrelacionadas creencias, entonces no hay manera de decir que estas son falsas. Deben ser verdaderas. Unicamente pueden ser falsas las creencias que vayan contra el carácter general de una cultura al mismo tiempo que acepten sus términos de referencia.

Un no-relativista sostendría que el mundo no resulta alterado por el lenguaje en que se le discute. Por tanto en algún sentido es extralingüístico.

(177) No son peculiaridades especiales ni fantásticas: están en el núcleo de lo que antes he llamado criterio universal de racionalidad.

[los problemas sociológicos y la inevitabilidad de la evaluación mutua y la autoevalución]

(177) Me parece que no hay sistemas de creencia que sean inconmensurables debido a la existencia de los criterios universal de verdad y consistencia. Por tanto, mi conclusión es que no hay nada exótico en nuestros criterios de verdad y consistencia y que siempre que se les maneje con cuidado y no se les utilice como excusa para asopatar un aire de superioridad ,estamos en libertad para discutir si las creencias de otros pueblos tienen esas propiedades. Creo que si los criterios evaluativos de sociedades diferentes fueran inconmensurables, no existiría y no podría existir una ciencia social, ni siquiera la historia.

(178) En lo que respecta a la ciencia social en general, mi tesis sería que es muu poco probable que se encuentre una ciencia social en una sociedad cerrada, que la ciencia social es de hecho un producto del impacto de otras culturas sobre la propia.

Peter Winch. Comentario

(182) Es notable que en ambos lugares (comprender una sociedad primitiva y naturaleza y convención) argumentaba explícitamente a favor de una posición que es la contraria de la que me atribuye a mí Jarvie.

(183) La cuestión no es si podemos hacer esto, sino de qué clase de comparación se trata.

(184) Tanto en la idea de una ciencia social como comprender una sociedad primitiva era parte esencial de mi argumentación indicar que los procedimientos de la ciencia no agotan ciertamente nuestra propia concepción de lo que se ha de considerar como racional. Debo observar también que el modo holista de Jarvie de hablar sobre "nuestra cultura científica" casa muy mal con su acusación (infundada) de que yo concibo la vida de una cultura como algo inconsútil; este, sugiero, es precisamentet su modo de ver nuestra propia cultura..

(185) Es un error decir que la concepción que desarrollé sobre la relación entre las formas de vida social y los criterios de acuerdo con los cuales los seres humanos actúan dentro de estas formas excluye la posibilidad de cambio de tales criterios como resultado de la crítica. En mi opinión nosotros, los que objetamos a ese hombre sobre bases morales, podemos pensar y argumentar cómo lo hacemos únicamenta en la medida en que poseemos ciertos conceptos morales que nos son inteligibles a causa del tipo de vida que llevamos. Esto no significa (186) sin embargo que estemos aprisionados en esta vida o por estos conceptos.

Por un lado podría argumentarse que la antropología social nos enfrenta a formas de vida muy diferentes de la nuestra, las cuales podemos lelgar a comprender; y que podeos llegar a ver posiblidad a las que nos cierra losojos nuestra inclusión en la vida de nuestra propia sociedad y a ver también más claramente ciertas características de esa vida a las que hemos sido insensibles por una u otra razón. Por otro lado podría sostenerse que nuestra ruta de escape estaría en algún tipo de confrontación directa con una realidad objetiva externa directa en el sentido de que no está mediatizada por conceptos que sean de algún modo dependientes de alguna cultura.

(187) La posición de Jarvie parece ser: somos capaces de comprender formas de vida social diferentes de la nuestra mediante algo parecido a una traducción de una lengua a otra. El desacuerdo entre nosotros es esa creencia en la realidad objetiva externa y que la ciencia es simplemente el mejor modo de conseguir ese fin.

(188) ¿Creo yo "las afirmaciones falsas acerca del mundo pueden en algún sentido extralingüístico ser verdadera o falsas? Tengo una dificultad para responder a esta pregunta, puesto que nocomprendo de una forma inmediata la fuerza de la expresión "en algún sentido extralingüístico". Jarvie lo explica como sigue: Un no relativista sostendría que el mudno no resulta alterado por el lenguaje en que se le discute. Por tanto, en algún sentido es extralingüístico. Bien, si esto es todo lo que quiere decir puede responder tranquilamente sí a su pregunta; pero no se puede dejar así el asunto.

(191) Lo que estoy sugieriendo es que el occidental que piensa que no hay ninguna realidad en la magia zande puede estar en una posición análoga a la del nativo del pueblo sin altura con respecto a nuestra sociedad. Ha captado en algún sentido la mayoría de la reglas del juego pero es incapaz de captar el espíritu que anima a las reglas. No existen las brujas no está emitiendo el resultado de alguna investigación empírica que haya realizado: está expresando las dudas que tiene acerca del concepto mismo de bruja. El nativo del pueblo sin altura que dice no existe la altura no niega, sea lo que fuera lo que crean que está haciendo, la verdad de ciertas proposiciones que nosotros afirmamos. Pone de manifiesto su falta de comprensión de la insititución en el contexto de la cual afirmamos aquellas proposiciones.

(193) Ahora bien, yo no niego la posiblidad de que se construya tal argumentación (que estaría argumentando en contra de todo un modo de hablar que consiste en la creencia de las brujas). He criticado únicamente un cierto modo de construirla, esto es, mediante la apelación a las concepciones científicas occidentales a fin de mostrar que las creencias de los zande son falsas. Pero esta no es desde luego la única posibilidad.

I. C. Jarvie. Réplica

(198) El si un enunciado particular es verdadero o no lo es, no depende solo de un acuerdo en el uso de los conceptos. Ni siquiera la cuestión de si podemos ponernos de acuerdo no sobre si algo es verdadero depende únicamente de un acuerdo en el uso de los conceptos.

(199) Considerese la doctrina de que lo dado en el lenguaje no son las palabras ni las reglas ni los significados sino la forma de vida de la cual el lenguaje forma parte.

(203) Los que carecen del concepto de altura, de las brujas o de Dios, habitan por así decir el mismo mundo pero lo ven de modos distintos; su realidad es diferente para cada uno de ellos, puesto que la realidad está constituida por su concepción de ella, es decir, por sus conceptos.

(205) Tenemos por tanto un modo antropológico o filosófico de discutir la adecuación del lenguaje zande como en el caso de su distinción entre lo real e irreal, la adecuación a su forma de vida (comparándola y contrastándola o no con los modos de vida occidentales).

(206) Ahora bien, si nuestros conocimientos son mayores que los conocimientos de los zande (como en efecto sucede al menos en un respecto: sabemos cómo llegar hasta ellos y cómo encontrar un sentido a su forma de vida; ellos no saben cómo hacer lo recíproco), parecería que tenemos un argumento prima facie de que nuestros criterios cumplen la misión que tratan de cumplir los suyos y lo hacen mejor. Por tanto, no podrían llegar a estar de acuerdo en que deberían adoptar los nuestros y en que los suyos son bastante pobres? El paradigma de la racionalidad es la acción realizada con conocimiento pleno; el paradigma del conocimiento pleno es el conocimiento científico; y por tanto la acción realizada para adquirir el conocimiento científico está en el meollo mismo de cualquier idea de racionalidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario