martes, 10 de agosto de 2010

Ideas de SPECULUM MENTIS OR THE MAP OF KNOWLEDGE, R. G. Collingwood, Clarendon Press, Oxford 1924.

[I. prólogo]

(34-5) Cada actividad se ha separado de las otras, tendiendo a buscar seguidores en un desierto donde la vida humana se había perdido, y su verdadero motivo desaparecido. Cada una llegó a ser una especialidad buscada por especialistas para el aplauso de especilistas, inútil para el resto de la humanidad. Los filósofos han perdido el contacto con la gente de manera tan patente que sería ocioso insistir en este punto. En la edad mediael artista era solo quizá medio artista, el filósofo era según nuestro modo de comprender medio filósofo, y el religioso no extremadamente religioso, pero eran hombres, seguros de corazón y en su vida. Hoy día podemos ser artistas, filósofos, tan religiosos como queramos, pero no podemos ser hombres en absoluto. Somos fragmentos de hombre, y no sabemos cómo llevar nuestra vida y cómo empezar a buscar la felicidad que sabemos que no poseemos.

(36) Nuestra tarea es buscar la vida, construir una concepción de una actividad que sea a la vez arte, religión, ciencia y el resto. En un sentido queremos que lo que hizo el renacimiento sea deshecho, y que vuelva la edad media. Pero volver al pasado no es solucionar los problemas del espíritu. (37) Fue el institucionalismo y su insistencia en la unidad de la mente -la misma verdad mirada desde fuera o desde dentro- el modo como la edad media era distintivamente cristiana; y fue esta cristiandad la que hizo gigantes de hombre que tomados simplemente eran niños. En la negación de este doble principio, y la aserción de su contrario, un externo individualismo acompañado de una interior separación de las actividades de la mente, lo que reveló el renacimiento no en contra el medievalismo más que contra el cristianismo, y volvió al ideal pagano. Porque el principio separatista es el principio incorporado de el mundo pagano e idealizado en las filosofías paganas; si toma la forma de esclavitud o la doctrina de la inmortalidad del alma, si aparece en la práctica como una práctica de religión en la que la tarea divina es un deber que es descargado y hecho, o como una teoría del arte en el que la pensa y el miedo son las emociones que se conjuran.

(38) Nuestra solución entonces puede solo ser en principio la solución cristiana. Será decir una vez más en palabras apropiadas a nuestra generación algo que todo el mundo ha sabido de siemrpe.

[VI. history]

$1. la historia como la afirmación del hecho

(203) La forma de pensamiento que llamamos específicamente historia llega a su madurez en el curso de este proceso. La historia en el sentido especial de la palabra llega a ser en el siglo XVIII y se convierte en un gigante en el XIX. Es un nuevo movimiento absolutamente del hombre.

(204) El concepto de percepción, como el de hecho, es moderno. Los griegos no tenían nombre para él, o mejor lo llamaban con un nombre que mostraba una mala interpretación de su naturaleza, este es, sensación. La sensación es la versión falsa o abstracta de la percepción. En la percepción somos inmediatamente conscientes de nuestro objeto, que es concreto y un hecho histórico; percepción e historia son así idénticos. Pero la inmediación de la percepción no excluye la mediación, no es una inmediación abstracta (sensación) sino que contiene implícitamente un elemento de mediación (pensamiento).

(205) La percepción es explícitamente inmediata, pero siempre contiene en sí misma la mediación (pensamiento, interpretación de los sense-data, inferencias de lo inmediatamente dado, o del modo como se quiera llamar) y por tanto nunca es abstracta inmediación.

(207) Se sigue que la mente que es ignorante de su verdadera naturaleza no posee en un sentido pleno a su naturaleza. la verdadera naturaleza de la mente, no preexiste fija en las profundidades de la mente, esperando ser descubierta. Hasta que no es descubierta no existe; pero existe de una manera confusa y distorsionada, mientras que los errores sobre ella son errores parciales, y la tarea dialéctica de traerla a existencia o llegar a conocerla (las dos cosas son lo mismo) es simplemente limpiarla de estas confusiones, que aparecen como inconsistencias, conflictos entre lo que, en un determinado nivel, la mente en cuentra a sí misma lo que es y lo que siente que debería ser.

(208) Ahora la conciencia histórica afirma el hecho concreto. La conciencia científica niega la concretitud de esete hecho y por tanto en sus manos el hecho llega a ser un mero ejemplo abstracto de un principio abstracto. Esto en historia se llama elevar (estrictamente degradar) la historia al rango de ciencia. El hecho, en este tipo de error histórico, es supuesto que es un mero hecho (particular, no individual) y requiere el suplemente externo de una forma de las así llamadas leyes de la historia. El descubrimiento de estas es un trabajo de la sociología, economía,. Estas ciencias, en la medida que se incorporan al cuerpo de la historia misma, son útiles pora su progreso, como la arqueología, la nunismáticas y otras ciencias históricas.

(211) Pero a menos que sea saturado con un sentido de fuerzas oscuras y poderosas funcionando en la historia para fines que ningún hombre puede ver completamente, a menos que esté preparado para hacer ciertas acciones rectamente y erroneamente tal como le ayudan esas fuerza y a menos que sea capaz de ver el curso de la historia como la manifestación de una inexorable razón, nunca será un historiador. Y finalmente si piensa que puede utilizar leyes a priori para gobernar el curso de la historia en el pasado, presente y futuro, si piensa que no hay ningún modo de determinar un hecho excepto por el estudio histórico, o que la historia verdaderamente se repite a sí misma del modo que sea, es meramente un estúpido. Pero a emos que esté preparado para pasar años en el estudio inductivo de monedas e inscripciones, peculiaridades de la gramática e idiomas, fragmentos de la arquitectura, todos los detalles pedantes de la antiguedad como base para una generalización posible e hipótesisi, será un transcriptor de otra gente, pero no un historiador.

$2. el mundo de los hechos como el objeto absoluto

(218) Comprender los hechos es afirmarlos no con el aislamiento arbitrario sino en su relación real con su contexto. La razón de por qué un evento ocurrió es vista por el historiador no en una ley abstracta científica sino en los hecho, en los hechos de nuevo. La causa de un evento en historia es su relación intrínseca con otros eventos históricos, y el nexo causal no es externo a ellos sino que descansa en su misma naturaleza. Los motivos de los personajes històricos no son fuerzas psicológicas que subyacen a los eventos históricos; son elementos en esos eventos, o mejor, son simplemente eventos ellos mismos como propuestos y planeados por los agentes.

(220) Este todo absoluto es el universal concreto; por universalidad concreta es individualidad, el ser individual simplemente como unidad entre lo universal y lo particular. El individual absoluto es unviersal en aquello que se extiende y cada parte es individual como él mismo. De un lado no es mera abstracción, sino la cualidad abstracta de la individualidad, pero un individual que incluye a todos los otros; cada parte en él es determinado por su lugar en el todo, pero no es determinismo porque cada parte determinada el todo y por tanto por implicación cada parte a otra parte: así cada parte tomada separadamente puede ser considerada como un determinante crucial de todo lo demás, como si cada eslabón separada mantuviera la resposabilidad de mantener la cadena unida.

$4. deber y ética concreta

(222) Cuando el punto correcto de la historia es alcanzado, se reconoce y ser trasciende lo abstracto del punto de vista científico. EL hombre ahora ve que inclusoo llamándose a sí mismo máquina se ha ganado su propio libertad, y en ese descubrimiento acoge esta libertad. El pensamiento histórico o concreto es el descubrimiento de la individualidad y la individualidad es la libertad, El pensamiento abstracto es siempre determinístico, poeque lo universal no está contenido en lo particular sino que está fuera de él: lo que determina lo particular no es lo mismo sino algo distinto, esto es, lo universal. Separa lo universal de lo particular y lo hipostasirás en otro particular cuya naturaleza es determinar o tiranizar al primero. Es la tendencia mecanicista o determinista del pensamiento abstracto, que degrada el deber en utilidad; porque la utilidad es simplemente el deber del esclavo. La acción como buena en sí misma no es caprichosa o moralmente indiferente, porque el capricho significa (223) el aislamiento del fin y la existencia sola de los medios. Mientras que el fin es absorvido en la acción, la acción llega a ser eso que es hecho por su propio mérito y su propia justificación. Cada acción es un elemento integrante en el mundo de los hechos totales, y es determinada por su lugar en el mundo como la acción relevante para los hechos dados. La existencia del mundo de los hechos constituye la obligación de desarrollar la acción relevante, y así el lugar del agente como miembro de un mundo de hechos dicta sus deberes como un contribuidor a ese mundo.

La ética histórica da una respuesta clara a la cuestión qué es el deber, y en la práctica vacila entre dos respuestas contradictorias. Primero la respuesta subjetiva: la voluntad en su propio mundo (224) y en sus propias leyes. No hay nada fuera que me determine, sino que es absolutament autónomo, y el deber es siempre auto-determinación. Segundo, la respuesta objetiva: el orden moral del mundo objetivo como un todo dado es la le que debe determinar a la voluntad subjetiva.

La característica de la ética concreta es la ley. Lay no es sino la estructura de la sociedad considerada como una fuente de obligación sobre lo individual para actuar en cierto modo. La mente legal no es científica en su actitud hacia la verdad, sino histórica; el juicio es un juicio aprendido -esto es, su cualificación es un conocimento profundo del mundo de los hechos, y la ley es la forma más alta y más organizada que consiste por un dado en los estatudos, por otro en los casos legales, estos dos elementos (225) reaccionando el uno sobre el otro de tal modo que el cuerpo de la ley forma un orgánico todo. En la medida en que los estatutos son generalizaciones, la actitud legal está amenudo equivocada por un forma de conciencia abstracta o científica. Pero esto es un errorr, porque la generalidad de la ley, como la generalidad de la arqueología, no es un fín en sí misma sin un medio para un explícito fin concreto. El ideal de la ley no es la inmovilidad de sí o ese estatuto, sino su interpretación; y esta interpretación significa usar la ley como un fin para la determinación de casos concretos, como el arqueologoo usa sus reglas generales para proponer y fijar los datos concretos. La lay es paralela a la historia e incluye el acto abstracto de generalización como un elemento subsidiario.

(227) El intento de abstraer pensamiento para mutilar los hechos históricos aparece teóricamente en el intento de construir una sociología, o ciencia que reduce la historai a un modelo de conceptos abstractos, y practicamente en el intento de hacer del hombre de leyes y al político y sacarlo de la vida pública y hacerlo un científico.

(228) Igualmente que la familia, porque es una unidad espiritual concreta suya fundación es el acto de elección espontáneaa, movida por cierto espíritu no nacido en el laboratorio, un hombre y una mujer se ponen de acuerdo como procreadores de un mundo futuro. Porque es el árbol en el que nuevas almas crecerá de una manera impredicible para los científicos. Solo por esto la familiar es el objeto de ataque contra los eugenistas, que está seguros que los profesores de ciencia pueden hacer mucho más con los jóvenes que estos por sí mismos con las relaciones amateres que poseen.

$5. la caída de la historia

(231) La historia es el conocimento del infinito mundo de hechos. Es por tanto un infinito todo de pensmiento: la historia es esencialmente historia universal, como un todo en el que el conocimeinto de cada hecho está incluido. El todo, la historia universal, nunca es alcanzada. Toda historia es fragmentaria. El historiador no toma toda la historia por su provincia a menos que quiera mostrar tal ignorancia. Pero esto es una objeción fatal a la afrimación del pensamiento histórico. La historia es el conocimiento de un infinito todo cuyas partes son conocidas por referencia a su contexto. Pero como este contexto siempre es incompleto, nunca podemos conocer cada parte como es realmente.

(234) La historia no es nada sino concebir el objeto como un hehco concreto, hecho para el que el contexto no es irrelevante sino esencial. Si la historia existe, su objeto es un todo infinito que es incognoscible y hace a todas sus partes incognoscibles. Si sus partes son átomos, entocnes la historia no existe y estamos de nuevo en la ciencia, cuya bancarota ya hemos aceptado. Estos individuales no son átomos, ni están compuestos por átomos. Esto parece que reduce la historia a nivel del arte. Ser una mónada como opuesto a un a´tomo; ser un mundo en sí mismo conextado con un infinito número de otros mundos (235) sin ventanas e ignorante del todo cuyas partes son- este es el trabajo de una obra de arte. Quita la concepción de una historia universal en que cada historia especial encuentras su lugar y justificación, y habrás cometido el primer y más profundo pecado contra la historia. La habrás confundido con arte; le habrás negado su relación con la verdad y la habrá hecho un simple producto de la imaginación.

(238) La historia en su perfecta realidad es perfectamente incognoscible, y nuestros esfuerzos para alcanzarloa se fustrarán. En arte el trabajo individual es disfrutado realmente; en religión es glorificada una unión mísitica, aunque la unión siempre es imperdecta. En ciencia la mente posee un concepto a prio pero es concepto es un mero fantasma y la mente reconoce su incapacidad para vestilo. La progresiva alienación de la mente en la historia es completa. El mundo es triunfalmente unificado como objeto, solo separado de la mente por un abismo infranqueable.

$6. la transición de la historia a la filosofía

(239) Un infinito dado no puede ser abrazado por la mente. Cada parte implica al todo y el todo es presupuesto por cada parte. Ninguna parte por tanto puede ser conocida primero. Ningún proceso de pensamiento con respecto a ese todo es posible. No podemos conocerlol

(240) Somos incapaces por tanto de escapar al dilema si este infinito todo de hechos es conocido perfectamente y siempre por una mente dada, o no puede ser conocido nunca.

(241) El universo de hecho que es implícitamente conocido llega a ser objetivamente diferente al ser explítamente conocido, porque nuestro conocimiento es parte de él. Ahora en el curso de esta investigación la verdad ha dicho que hay un objeto al menos cuya naturaleza es alterada al ser conocido, sin implicar la consecuencia de que error respecto de él es imposible. Este objeto es la mente cognoscente. Un error reacciona en nuestra mente y la hace cambiar de comportamiento, que es su naturaleza para una mente lo que hace: si por tanto un infinito todo dado de hechos es la naturaleza del conocerse de la mente en cuanto tal, nuestro problema está resuelto, y la posibilidad de conocerse está demostrada.

(243) Hemos visto la ciencia, y aquí hemos visto que su objeto, el concepto abstracto, que es indiferentemente tratado el mundo físico o material, el campo del pensamiento abstracto es el ser puro o como una arbitraria construicción un expediente del pensamiento no el objeto del pensamiento. En la historia solos encontraos un tipo de pensamiento que, significa lo que dice, y cuando apunta al hecho como su objeto realmente significa ese objeto. Nos aventuramos a asumir ese hecho, este mismo hecho que se encara con la mente en la historia, es el objeto oculto no solo de la ciencia sino de la religión y del arte. Pero ¿qué es este hecho? ¿hecho sobre qué?

(244) El principio fundamental de la historia misma, esto es, la concretitud de su objeto, hace imposible para el objeto ignorar el sujeto, y nos obliga a reconocer un objeto para el que el sujeto es orgánico, en el sentido de que la conciencia del sujeto de ello hace una diferencia real a él como un todo respecto de las parte. El sujeto entonces no es una parte separable del mundo del hecho, sino un elemento esencial que pentra en su totalidad, un elemento constitutivo en el objeto mismo. Siendo conocido, si verdadera o erróneamente conocido, debe hacer una diferencia al objeto; negar esto es volver del pensamiento concreto a las falacias de la abstracción.

(245) Un error de la mente sobre sí misma causa un comportamiento anormal; y es solo corrigiendo este error como la mente puede volver a su verdadera naturaleza. El mundo de hechos que es estudiado explícitamente en la historai es por tanto nada implícitamente sino la mente cognoscente como tal. Esta no es una noción extraña, Es un tema reiteradp no solo en toda la filosofía sino implícitamente por la religión y la sabiduría popular "conócete a tí mismo".

La transición de la historia a la filosofía, como todas las otras transiciones, hace explícito lo que estaba ya (246) implícito.

[VII. filosofía]

$1. filosofía como autoconocimento

(248) De este objeto real estamos en continua búsqueda; y parece que hemos llegado a la conclusión de que no es nada sino la mente mismo. Las dos definiciones de filosofía parecen coincidir. La inteligencia sola es absolutamente inteligible y por tanto (249) el conocimiento absoluto puede ser solo conocimiento de la mente cognoscente sobre sí misma. La filosofía es solo importante y digna de ser cultivada si su identidadd en un prinpcio, presente en cada fase de la experiencia pero solo llegada a ser explícita en la filosofía.

(250) La mente, habiendo formado una falsa concepción de sí misma, trata de superar esa concepción. Pero la falsedad de la concepción significa que no puede salir de ella. Hay por tanto una discordia permanente entre lo que la mente piensa que es y lo que hace; incluso aunque este comportamiento no sea el mismo como comportamiento de mente que se conoce verdaderamente. El resultado es una abierta inconsistencia entre teoría y práctica, y esta inconsistencia, como fuente de dessatisfacción, es el pnto de partida del intento del verdadero conocimento.

$2. filosofía dogmática o realista en general

(256) El academicismo es el error de concebir la filosofía como una forma especializada de experiencia, en vez de darse cuenta de que es meramente autoconocimiento de la experiencia en general.

$5. filosofía científica

(271) El científico asume que al describir el mundo en términos de conceptos abstractos lo está en principio describiendo correctamente: la filosofía científica surge de esta asunción al nivel de una afirmación conscientemente hecha y defendida contra el criticismo. El científico piensa abstractamente; el filósofo científico justifica este modo de proceder. La justificación de la actitud científica tiene una forma doble. En primer lugar, es una lògica (formal) y una metafísica. En primer lugar es un relato de pensamiento científico, una exposición de sus principios, estructura y metodología; en segundo lugar defiende la validez objetiva de este tipo de pensamiento mostrando que el mundo ral está construido del modo que, pensándolo científicamente, lo estamos pensando como realmente es. La lógica y metafísica son necesarias unas de otras. (272) Aquí la lógica es descrita como ciencia de las ciencias, la teoría científica de la ciencia. Alcanzamos una posición superior a ese tipo de filosofía ascética o religiosa. Porque en estas la justificación del arte o religión está confiada algo que es otro que arte o religión, y es por tanto invalidada por el hecho de que va en defensa de una forma de experiencia que no puede por sí misma mantener, es implícitamente afirmar no la autonomía o finalidad de esa forma de experiencia sino precisamente su debilidad, su incapacidad para justificarla.

(273) Por una inevitable coincidentia oppistorum, la abstracción inicial del proceder científico convierte el análisis del pensamiento como tal al análisis del objeto como tal: el pensamiento llega a significar el objeto abstracto de pensamiento y la lógica se convierte en metafísica.

Hay modos en los que no se puede ayudar pensando, pero eso no prueba que al pensar pensemos la verdad. Por tanto debemos justificarlos metafísicamente: debemos demostrar que lo que hasta aquí hemos llamado lógica o la teoría del pensamiento es realmente metafísica o la (274) teoría de la realidad, y que lo que son leyes del pensamiento son leyes de la realidad.

Todo lo se dice en este sentido es psicología; esto es decir que el estudio del pensamiento es un mero fenómeno, sin el intento de responder a la pregunta si es un pensamiento verdadero o falso, válido o inválido.

(278) La razón por la que el nombre de filosofía es invariablemente aplicado a lo que se llama filosofía científica es que, desde el tiempo de los griegos al siglo XVIII, el principal esfuerzo del pensamiento europeo estaba concentrado sobre el desarrollo y perfección de la ciencia. Durante este periodo la filosofía ha significado la reflexión de la ciencia sobre sí misma. Porque la filosofía de la conciencia cientifica -lógica, metafísica y psicología- es la quintaesencia de esa conciencia, que aquí por primera vez se da cuenta de su naturaleza abstracta, y se rechaza como un estúpido error.

(279) La esencia de este dogmatismo es considerar el generalizar o el abstraer como sinónimos de conocer, lo cual implica la concepción de la realidad última como realidad abstracta.

$8. filosofía como conocimento absoluto

(296) El equilibrio es adquirido no por la contemplación estática de la mente sobre su naturaleza dada y fija -la mente no tiene una naturaleza dada- sino por su autocreación de esta naturaleza en un perpetuo descubrimiento del hecho de que es al mismo tiempo creadora del hecho: la creacióndel hecho es su descubrimiento, que es solo el lado subjetivo indispensable del hecho mismo. La vida del conocimiento absoluto es una consciente auto-creación de la mente, no mero descubrimiento de lo que es, sino creación de sí de lo que es. En el error la mente también se crea; se determina a sí misma de este mnodo, como un conocimiento se determina en eso. Cualquier cosa que la mente haga, no pude escapar de la auto-creación que es la responsabilidad moral. Pero en el error se crea a sí misma una naturaleza que la cancela a sí misma: el error y el mal son el conocimiento de la mente no de lo que hace, creandose a sí misma en una forma mientras que piensa de sí misma en otra. Por tanto no puede decirse que una visión idealista de la mente encuentre ningún lugar para el error y el mal. Por el contrario requiere su continua presencia en la forma de la que, por reflexión consciente, la mente en conocimiento y en deber rechaza.

$9. la mente absoluta

(299) Mi mente es obviamente un producto de la sociedad, e inversamente la sociedad que yo conozco es un producto de mi mente, como pensamiento de acuerdo a sus luces. La mente absoluta une las diferencias de mi mente y la de otra gente, pero no como une el universal abstracto: mejor como el universal concreto de la historia une. La mente absoluta es un todo histórico del que la mía es una parte. La categoría del todo y la parte es falsa, porque la parte en su externalidad respecto a las partes es una reafirmación de la diferencia abstracta. La mente absoluta vive enteramente en cada individual y cada acto d de cada individual, no indiferentemente, como la triangulidad está presente en cada triángulo, sino expresandose en cada invidual de manera única e irrepetible.

(300) Demostrar en detalle esta necesidad de cada individual al todo es precisamente el trabajo de la historia. Es en la naturaleza de el caso de un trabjo permanentemente incompleto. Pero es solo porque crece sobre sí mism y cada nuevo pensamiento es un nuevo hecho individual.

(301) La historia y lo mismo puede decirse de la memoria y la percepción es el triunfo de la mente sobre el tiempo. Es un lugar común en la filosofía que mientras que la sensación es temporal, el pensamiento es eterno y extra-temporal; la sensación aprehende el aquí y ahora, el pensamiento aprehende el en todo lugar y siempre. Todo pensamiento concreto es, en su inmediación, temporal, pero en su mediación extratemporal. La mente en su pensamiento real reconoce a la vez y desafía los límites temporales y espaciales. Los opuestos, tiempo y eternidad, son necesarios el uno al otro. El tiempo de hecho es la abstracción de la externalidad de uno a otra fase del proceso; la ternidad es el opusesto abstracto de la continuidad de este proceso, la identidad del todo y el proceso. Describir la vida del hombre como temporal y finita y la vida de Dios como eterna e infinita es solo un modod de decir que el tiempo no es real en la abstracción, pero resal en relación a su opuesto. En el proceso absoltuo del pensamiento el pasado vive en el presente, no como mera huella o efecto (302) de sí mismo en el organismo psíquico o físico, sino comoe lo bjeto del conocimento histórico de la mente de sí mismo en un eterno presente.

(303) En la imagen de la redención está la trascendencia de Dios. Dios fuera del drama de la redención del pecado del hombre, eso no es un verdadero simbolo de la mente absoluta en su concretud. Pero esto es exactamente donde la verdad de nuestra imagen religiosa brilla con más fuerza. Es Dios aceptando acarrear con el error, tomando la responsabilidad de la caída y redimiendo no a su criatura sino a sí mismo. La mente absoluta si nuestro relato es verdadero no puede nunca ser más profundamente pintada que en ese drama de la caída y la redención del hombre.

$10. etica absoluta

(305) El agente actúa con total responsabilidad como encarnando e identificandose a sí mismo como la mente absoluta, y su acto es por tanto el acto pura de auto-creación. Este acto es idéntico que el auto-conocimiento, y así la distinción abstracta de la voluntad y el intelecto es trascendida.

[VIII. speculum speculi]

(309) Este es el caso igualmente si presentamos nuestro mapa en la forma de un grupo de categorías o conceptos que están supuestos para reaparecer como unidades de pensamiento en la textura de la experiencia; o un grupo de leyes de algún mofo suspendidas bajo él que gobierne su curso; o un grupo de presuposiciones que descansan bajo y al costado de su comienzo, y condicionan, a través de su comienzo todo el (310) desarrollo; o una mundo de objetos en contra de este, luchando el mismo en contra de lo que llega a usar de sus poderes; o una serie de estados a través de los cuales, como a lo largo de una línea de ferrocarril, necesariamente corre. Todas estas afirmaciones de algo otro que la mente absoluta misma son versiones de un error simple: el error de la abstracción, de no darse cuenta de que el sujeto y el objeto, la condición y lo condicionado, la causa y la consecuencia, lo particular y lo universal, pueden solo ser distinciones que caen dentro de uno y mismo todo, y que este todo solo puede ser el hecho infinito que es la mente absoluta. Si eso que cae fuera es su propia ley o la naturaleza, hemos caído en la abstracción que divide lo individual en particular y universal. Si es otro hecho, hemos dividido lo individiual en dos individuos no relativos y por tanto ficticios. Nuestra investigación no solo ha abolido la noción de un mapa del conocimiento distinta del conocimiento mismo; ha abolido también la noción de un mundo externo otro que la mente. No ha abolido la distinción entre sujeto y objeto: al contrario ha abolido nuestro derecho a usar esta distinción mostrando su necesidad en la vida del pensamiento. No está más abolida que nuestra distinción entre verdad y error, bueno y malo, particular y unversal: estas distinciones son solo abolidas por la coincidentia appositorum que es el suicido del pensamiento abstracto y conservado por la síntesis de opuestos que es la vida del pensamiento concreto.

(311) No asumimos que cualquier forma de experiencia pudiera ser aceptada como ya, a groso modo, totalmente libre de error. Conducidos por este principio encontramos que el mundo real estaba implicada, pero no afirmado, por el arte; afirmado pero no considerado, por la religión; considerado pero solo como sujeto a asunciones ficticias en la ciencia; Y en todos estos encontramos un objeto ostensible: la obra de arte, Dios, el mundo material- que era un mundo ficticio pero no real. El mundo real es la mente mismo, como sabemos ahora.

(313) El conocimiento se polariza en abstracto o erróneo o concreto y verdadero. El conocimiento abstracto es lo mismo que el error, porque separando lo que es pensado de ser desde lo que es, se erige en lo que piensa que es un objeto falso contra sí mismo, un mundo externo. Errar y creer en un mundo externo en frente de la mente, son una y la misma cosa. Ahora si el error fuera mero error, la mente afirmaría meramente el mundo externo, y por tanto se negaría a sí mmismo resolviendo el dualismo. Pero todo error contiene un elemento deverdad, y el conflicto entre laverdad y el error aparece como la externalidad del objeto, su otreidad con respecto a la mente. Porque estos dos son realmente uno, todo conocimiento de objetos externos es realmente el conocimento de la mente misma. Pero todo este conocimento, a pesar de lo verdadero que pueda ser, está afectado por el hecho de que está proyectado sobre un mundo exterior: es como el reverso de la cara que vemos en el vaso. Este reverso constituye una falsedad; en la medida que no sabemos que miramos nuestro propio reflejo, no nos vemos a nostoros sino una caricatura nuestra. De aquí nunca podemos resolver la duda (314) de si la naturaleza es nuestra madre o nuestra hija, de si Dios es amor o un tirano.Todo lo externo trae esta ambiguedad.

Ver en un vaso y ver oscuramente es lo mismo. Pero en el conocimiento concreto el cla mente se ve a sí misma cara a cara, y conoce como es conocida. Aquí el objeto es el sujeto, no en el sentido de un qué que es la mera negación de la distinción individual sino en el sentido de que el objeto encuentras su misma vida en el ser conocido por el sujeto, el sujeto al conocer el objeto. La filosofía de este tipo vive en una unidad sobre toda distinción profesional, y el filósofo puede alcanzar bien en gran perfección cuando navega con el barco o cuenta historias al niño que cunado da discursos técnicos a una clase. Pero no es una experiencia intuiva o emocional (315) es la vida misma en su infinito desarrollo autoconsciente, un desarrollo que ve cada detalle como orgánico con el todo.

Pero hacer una distinción entre conocimiento abstracto y concreto es otra abstracción. El conocimiento concreto no es generalmente diferente del conocimiento abstracto, es un conocimiento abstrato librado de su propia abstracteidad por el simple reconocimiento de que es abstracto. De un modo directo la mente nunca puede conocerse a sí misma; solo puede hacerlo a través de la mediación de un mundo externo, sabe eso que ve en el mundo externo es su propia reflexión. Aquí la construicción de mundos externos -obras de arte, religiones, ciencias, estructuras de hechos históricos, códigos de leyes, sistemas de filosofía- es el único camino por el que la mente puede posiblemente llegar al autoconocimiento que es su fin. La ilusión de la objetividad abstracta es esencial a ello: debe ser hecha de buena fe, en la creencia de que es ahora el último descubrimiento de la última verdad, llegando a (316) contactar con una preexistente y absoluta realidad. Pero cuando es hecho, cuando la obra de arte o el sistema de filosofía no es alcanzado, la mente en la medida que este ejercicio le ha puesto en movimiento en vez de morir exhausta, se da cuenta de que no ha explorado un mundo externo sino trazando sus propia estructura en un espejo.

Pero la educación no significa acumulamiento de información; significa ayudar a la mente a crearse a sí misma, a crecer en una activa y vigorosa contribución a la vida del mundo.

Cuando una mente ha llegado a educarse una mente es como un niño recién nacido, no sabiendo nada, sino habiendo adquirido la maestría sobre sus propias debilidades, sus propios deseos, su propis ignorancia.

(317) El sistema destrozado no deriva en la nada sino en la inmediación, en la característica de la mente misma, pasa a ser como si fueran los músculos y huesos de la mente, llega a ser un elemento del punto de vista desde el cual la mente afronta el siguiente problema. Porque la vida de la mente consiste y levantarse y resolver problemas, en arte, religión, ciencia, comercio, política. La solución a estos problemas no deja detrá un sedimentos de cosas averiguadas, que crece y se solidifica mientras que la mente continua. Tal sedimento no es nada sino la externalidad de un pseudoproblema. Cuando el problema es totalmente resuelto el sedimento de la información desaparece y la mente es libre de continuar. La filosofía por tanto no es una clase privilegiada de conocimiento inmune desde esta reabsorción en el ser de la mente: no es nada sino el reconocimiento de que esta reabsorción es necesaria y es en verdad el fin y la corona de todo conocimiento, el autoreconocimiento de la mente en su propio espejo.

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