lunes, 14 de junio de 2010

FILOSOFÍA DEL DERECHO EN HEGEL

“FILOSOFÍA DEL DERECHO” DE HEGEL

Hegel nace en 1770 en Sttutgart y muere en Berlón en 1831. La seriedad de Hegel es la reflexión como único saber, oponiéndose a la ironía romántica que se ríe de lo finito porque es relativo y la infinitud siempre lo trasciende: la infinitud no es expresable3 por conceptos. Hegel reivindica que lo infinito se puede expresar por el camino de la reflexión: por eso también niega lo sobrenatural. La posibilidad platónica es: si puedo conocer lo absoluto, gracias a que soy ayudado a dar un salto. Hace falta dar un salto oscuro de Juan de la Cruz.

Cómo hacer para que el camino no quede fuera del Absoluto. Si el Absoluto está al final del camino el camino queda fuera. La solución: el camino es parte del Absoluto: la semilla y el árbol, nunca salgo del Absoluto. No hay ningún salto. El esfuerzo del paso es la negatividad. El método es un pasar, que significa reconocer tu no saber “viernes santo especulativo”.

Dónde comienza. Distinguir Anfang –comienzo temporal- y Prinzip –principio esencial de la filosofía. La verdad es absolutamente absoluta (reflexión es seguridad); no sólo absoluta objetivamente, sino también por el modo de conocerla que debe ser absoluto también. Si empiezo es porque puedo –soy espíritu- en mí está el principio del pensar. Empieza en el instante en que me doy cuenta de que no sé. Si no sé, sabes y no sbes. Sólo un ser que conoce la verdad puede decir que no sabe. El problema es la presunción, el dar por sabido. El filósofo es el que sabe que no sabe. La negación te hace caer en la cuenta, te mueve hacia el saber. La ironía es hacer caer a otro en la cuenta. Al decir que no sé, digo que no lo domino, se obtura el deseo posesivo, se destaca lo otro en sí mismo. Sólo entonces tengo que hacerlo mío. Negar para afirmar.

Hegel relaciona el concepto hegeliano de causa sui. La realidad está en el acto. Las acciones humanas son siempre secundarias porque antes algo ha despertado mi interés. Un ser desiderativo remite a algo que sea acto: plenamente real. Un acto no desiderativo. Qué significa ser en acto? Es vida. Para Hegel la vida presupone una negatividad, porque es un salir hacia fuera, ir más allá de sí. Aristóteles responde que el acto supremo es pensamiento. Pero el pensar presupone lo pensado. Plotino: el pensar es acto, es luz que da unidad a todas las cosas. Y después viene el lógos que unifica gracias a la luz que es la unidad. Todo emana de la luz. La multiplicidad está desde el principio en la unidad. Niceno y San Agustín: el primero justifica filosóficamente la trinidad. El lógos viene después de la luz, lo que pasa que no emana sino que es generación. Se admite una alteridad en el principio. La unidad es el principio. La alteridad está en el principio, el estar se refiere al tener. La actividad del principio es con respeto a otro que es la generación: si hay alteridad hay vida.

También ve Hegel esto. En el primer principio debe haber alteridad para que haya vida. Spinoza habla del primer principio como acto: vida es causa sui, eso es la actividad. Causarse a sí mismo es lo que tiene al principio el acto y la negatividad: hay posibilidad activa y negatividad. El principio es una vida que el vivir se domina a sí mismo, tiene poder sobre sí mismo. Pero es antes entonces el no ser que el ser. La actividad presupone la negatividad. Si pongo se puede poseer aparentemente (Plotino) o fuera realmente de mí. Hegel toma la posibilidad spinozista y le da también valor subjetivo. La negatividad está dentro y no pone nada fuera, no hay nada fuera del primer principio. No hay creación. La negatividad está en el corazón mismo de la realidad; se causa a sí mismo porque tiene el no ser dentro. Lo más importante del primer principio es que está vacío. La ventaja de esta tesis es que permite dar una preeminencia al pensamiento insospechada, porque un primer principio que contenga la negatividad significa que lo puedo pensar, porque la negación se puede entender. Repito en mi entender la vida misma de la causa sui: Dios es el pensamiento que se autoconstituye a sí mismo a través de la mente del filósofo. El primer paso es pasar de olvido de la verdad a ver la verdad (fenomenología del espíritu) entonces se da cuenta que la verdad verdadera es el objeto captado absolutamente por el sujeto porque si no quedo fuera del absoluto: no tengo que hablar de él sino ejercitarlo: unión del sujeto y objeto. Entonces comienza la ciencia de la lógica diciendo que el ser es causa sui.

Saber es recordar, fundamentar. Platón, sólo puedo encontrar la verdad que ya se tenía. Método, del no saber al saber. Hay dos métodos que la filosofía utiliza, ironía y mayéutica, negar para afirmar. Hegel no utiliza la mayéutica porque cree que el amor es sentimental: que la filosofía deje de ser amor a la sabiduría y se convierta en ciencia. Hegel no quiere dejar sueltos los elementos del saber. Espíritu significa salir para volver, pero Hegel cree que acto: causa sui, en lugar de decir que hay un ser constituído que vuelve para enriquecerse dice que hay un ser que vuelve, y en su vuelta se autoconstituye. A pesar de su crítica al romanticismo sigue pensando que el tiempo es superar el espacio. El clasicismo lo toma al revés. A dónde sale? Salir es un salir dentro, deseo de sí mismo. Al final solo hay una tautología. Sólo hay apariencia de final. Pero la persona requiere un no en su estar, quizás un no en su ser.

El pensamiento romántico ve en lo dinámico la expresión de la vida (el tiempo está por encima del espacio). La vida está en la temporalidad, el espacio es lo estático, lo muerto, subproducto de la vida. Lo histórico adquiere una importancia primordial. Hegel interpreta dialécticamente el ser como acto aristotélico y al mismo tiempo se da cuenta de que si no hay alteridad no hay vida. Pero la alteridad tiene que interpretarse de forma dinámica: el desplazarse es un pasar desde donde uno no era hacia donde es, la negación la interpreta como contrariedad: lo que viene después supone que lo que estaba antes ya no está, la única manera de que esté es incluyéndose en lo posterior, es autoconstituyéndose; el pasado ya o está en cuanto acto sino virtualiter: filosofía trófica, lo anterior desaparece, no está como estaba. El ser es vida, el ser es acto, y no hay nada fuera de sí, dinamicidad es tiempo y al mismo tiempo es eternidad.

En cambio la relación de A y B es biunívoca. Esta relación que se mantiene sin el tiempo, es una relación espacia. Por eso el espacio está por encima del tiempo. Esto es el existere. El estatuto del espíritu no se puede construir a espaldas del espacio, y la filosofía hegeliana no lo hace. La mayéutica no está presente en Hegel. Es verdad que tropezamos con la negatividad. Una teoría del espacio es una filosofía conservadora. Si cuando aparece B se quita A, es una filosofía progresista. Hegel en su intención primaria es progresista pero se conservaduriza en la medida de que vuelve sobre sí, no es un camino abierto a algo inesperado.
El límite se entiende volitivamente (si no puedo fijar la voluntad no puedo vivir porque permanece abstracta, carece de sentido establecer la identidad, Hegel por encima de lo pasajero quiere fijar lo pasajero). Lo mismo en lo cognoscitivo si lo pensado es cambiante no puedo conocer. Tragedia Hegeliana, no admite el espacio como primario, pero el dinamismo lo curva, y establece la identidad, todo se conserva. Es la tragedia de la filosofía del derecho, el último libro que publicó en vida. Este libro enfadó a todos porque también quiere que tenga al mismo tiempo valor teórico y práctico. Y lo logró por las insinuaciones. Se compone de un prólogo y una introducción más interesante donde se expresa la teoría hegeliana de la voluntad. La obra son tres paretes: el derecho abstracto, la moralidad (Moralität, mundo de las intenciones individualizadas) y la eticidad (Sittlichkeit, el espíritu se universaliza sin perder su concreción, la política es el modo concreto de vivir la universalidad).

El primer momento

La realidad inicial todavía está mal; es general. La ralidad es siempre resultado: el término abstracto no es positivo sino negativo de raíz. Hegel tomó lo abstracto como lo que es separado de la situación de realidad, lo que todavía no es idéntico. El primer momento es abstracto, en el que la realidad todavía no está concretada. El primer momento es el derecho abstracto, en el cual el espíritu tiene conciencia de su mismidad, es el sujeto el que puede dar y reclamar algo, pero es todavía una determinación genérica. Hegel sabe que lo verdadero no es lo separado, sino el todo. Tiene una obsesión de unificación. También dice que toda verdad implica mediación: la verdad es la realidad en su forma acabada: la verdad es siempre mediata. La inmediación es la chatez del ser. Es la crítica romántica. Lo inmediato no es verdadero. Lo inmediato no puede ser definitivo. El primer momento es genérico e inmediato. La inmediatez por serlo remite fuera de sí misma: lo inmediato remite a lo mediato: me pide salir fuera de ella: salir a un estado de individualización. Es la moralidad, donde aparece un proyecto, una intención. Crítica de la moral kantiana: si el primer momento es genérico-inmediato-objetivo, el segundo momento es subjetivo, el individuo es un sujeto. Pero la moral no es la última palabra como piensa Kant. Hace falta establecer la universalidad de la acción: una acción que sea subjetiva y objetiva. Debemos recuperar la universalidad saliendo fuera de la limitación subjetiva: síntesis de lo universal y lo concreto: eticidad. El hombre es un ciudadano del Estado: ser real es el resultado de un proceso mediado: el tercer momento tiene una inmediatez que contiene la mediación. Ser miembro del estado es ser prácticamente real en sociedad, lo cual no es lo máximamente real que es la filosofía, porque la teoría política es la forma del espíritu en su forma objetivada, que aún no ha vuelto. Vivir en sociedad no logra conseguir la identidad consigo mismo, no la identidad definitiva. La filosofía política es la última palabra de la filosofía porque con Dios sólo se puede tratar en sociedad –no para Hegel- y sólo hay sociedad en los hombres si se media con la sociedad de Dios. En Hegel no hay diálogo con Dios, sino identidad con Dios, del espíritu consigo mismo. Por eso siendo ciudadano no se encuentra el espejo perfecto, no encuentro del todo la identidad: para conocerme tengo que salir para darme cuenta de quién soy yo, para volver.

La filosofía del derecho tiene como objeto la idea del derecho, el concepto y su realización. La filosofía trata con ideas y no con loque se suele llamar puros conceptos. La filosofía muestra la unilateralidad del concepto y su falta de verdad. La idea no es un universal abstracto sino la realidad real: universal y concreto. Todo lo que no es un concepto que se pone a sí mismo en la realidad es existencia pasajera, causalidad externa, operación sin esencia, engaño. La idea no real es una abstracción y por tanto falsa. La idea se da la existencia sí misma (intelectualismo). La verdad es solamente la unidad de lo interior y de lo exterior. Lo exterior tampoco es realidad sin el concepto, determinado esencialmente por el concepto. Rechaza el pensamiento empírico y el idealismo: el concepto es el alma de la realidad. La exterioridad, el cuerpo de esa alma. El alma da la vida al cuerpo –esencialismo. El hombre actúa según la idea que tenga de sí mismo. La ciencia del derecho es una parte de la filosofía, y como parte que es tiene un punto de partida, el resultado y la verdad de lo que ha sido antes de él. Antes de que se constituyera la sociedad humana: un punto externo y un alma humana, y sólo cuando eso está. Cuando hay alma humana podemos empezar a hablar de sociabilidad. Alma y espíritu no son exactamente lo mismo. El alma humana se hace espíritu cuando actúa de modo conforme a su naturaleza anímica. El alma cumple una función inmediata que es espiritualizar el cuerpo, pero ese es el principio cuando se pone en acto en relación con otros espíritus y Dios de manera concreta, entonces se espiritualiza. También tiene un punto de llegada; la filosofía de la historia o sea la historia universal. En la filosofía política estudiamos al hombre en sociedad, con sus relaciones se constituye en esa sociabilidad en acto. Son acciones vertidas hacia fuera. Pero todavía no hay una completa reflexión. Hay una distinción entre el objeto y el sujeto, la identidad de la razón consigo misma, no es plena en la vida societaria, el mundo físico. La sociedad supone un grado mucho más impregnado de espíritu. Todavía no se ha llegado a la noesis noeseos. Aristóteles dice que si Dios es perfecto entonces sólo se puede contemplar a sí mismo. Es indigno del absoluto cualquier separación.

Debemos partir de lo inmediato –que solamente es en cuanto integrado en la realidad que se autoconstruye. Lo inmediato para ser real necesita ser mediado. Solamente es derecho si tiene validez en un estado y esta autoridad legal es el principio para el conocimiento del derecho. El derecho es derecho porque el Estado lo constituye. El Estado es antológicamente anterior. Según el contenido posee una forma positiva a través del carácter de un pueblo. La legalidad está constituida originalmente en pueblos y en el carácter nacional, no es según una aplicación universal. Hegel dice que “se podría pensar une stado que no tuviera carácter nacional, es posible según la razón formal pero según el contenido debe constituirse según el carácter nacional de un pueblo”. Pero el concepto de nación es difuso, no inexistente. Es dudoso el concepto de nación. Es dudoso que el contenido de la estatalizad venga dado por la nacionalidad.

“A través del nivel de su desarrollo histórico”. La antorcha de la historia recae cada vez en un pueblo. Si cada hombre está incluido en una nación, cada nación representa un momento en el paso h histórico. “Y por el conjunto de todas las necesidades del medio natural”. La ley debe atender también a esas necesidades. “La ley hay que darla”, no puede quedar en el estrato de la pura formulación general. Toda aplicación es una particularización y determinación última de la voluntad, y por consiguiente, concreta.
El suelo del derecho es lo espiritual y su punto de partida natural es la voluntad, la cual es libre. Dentro del espíritu general la determinación general es la voluntad. La libertad constituye la sustancia y determinación del derecho. El sistema jurídico no es otra cosa que el reino de la libertad realizada. El mundo del espíritu es el que ha generado desde sí mismo una segunda naturaleza. No hay derecho si no hay libertad, ni tampoco política. No hay libertad abstracta sino realizada. Todo el problema de Hegel consiste en lo siguiente: sólo un estado de derecho es un estado digno del ser humano. ¿Es compatible el derecho con la libertad? Porque parece que restringe. Hegel intenta explicar el derecho como norma de la razón, cuyo sinónimo es el estado de derecho, siendo el único Estado que tiene mérito de ser estado. Si el estado es el principio de la ley en acto significa que concede las libertades y es la fuente de todo derecho en acto o se puede entender como ese estado que respeta los derechos naturales.

La voluntad aunque es libre tiene que introducirse dentro del proceso de la razón general. Libre es el que espontáneamente realiza los actos siguiendo la razón. Latente la concepción socrática: vivir prácticamente es aprender, al comprender el sentido de mi acción tengo más firmeza al realizarlas para abrir el camino. La ironía de la historia son las equivocaciones (Hegel cree que la historia es el desarrollo de la razón pura). Para ser más libre tengo que cambiar la dirección de mi razón si era estaba errado. A Hegel se le escapa la vertiente práctica (rechazar la dirección equivocada), la voluntad. Es indispensable aceptar la derrota para aprender.

La voluntad contiene el elemento de la pura indeterminación. Cada individuo tiene la posibilidad de deslindarse de toda determinación y en ese instante aparece el yo. Hegel identifica voluntad y yo. Si no se distingue el querer y el entender del yo entonces no se piensa el espíritu según una teoría de las facultades, donde estas son hábitos, lo tenido por el alma. Para Hegel no existe más que la unidad del espíritu que en su desarrollo temporal va dando pasos y uno de esos pasos es la voluntad, un modo de comportarse del espíritu. No es fácil entender desde aquí la libertad. En ese primer momento uno puede desligarse de todo; aquí se muestra la superioridad del espíritu humano frente a toda particularidad. En la medida que abstraigo de toda particularidad el yo se encuentra en estado de indeterminación. Su universalidad es indiferenciada. Esta libertad negativa es unilateral pero hay que tomarla en cuenta como primer paso. El fallo está en creer que eso y solo eso es la voluntad. Este error se comete muchas veces. Es la contemplación brahman o el fanatismo que no se contenta con nada particular. El fanático quiere indeterminación. Se eliminan las instituciones que van en contra del igualitarismo abstracto. El segundo paso es de la indeterminación a la determinación: poner un contenido y un objeto. El yo se pone existencialmente según un modo particular. El yo adquiere una determinación cuando se determina. Este segundo momento es también negativo, negar la indeterminación.

Hegel piensa spinozianamente: onmis determinatio est negatio. Es poner términos dentro de una amplitud mayor, romper la indiferencia engeneral, querer algo particular. La primera situación era negativa por abstracta; con respecto al momento sensible el primer momento de la voluntad no es inmediato, ya supone la mediación de la negación de lo particular. En el segundo momento la voluntad aún no es humana, el querer es concreto pero no es universal: hace falta la universalización de ese querer, la unidad del tercer momento, es el universal concreto, solo esa es la esencia del espíritu. Sii no se quiere concretamente no se quiere, pero si no se hace universal no se quiere porque no es humano: solo es digno de querer universalmente si no se integra la decisión concreta en una racionalidad universal no es libre, porque provocaría la resistencia de la realidad –la frustración. Y esta es la clave política: conseguir que cada voluntad concreta se integre dentro de la universalidad. Hegel denuncia a Rousseau, ha sido deficiente en el tratamiento de la voluntad. Si no puedo vivir más que en relación con los demás –las decisiones se tienen que armonizar- la vida social es imposible; si la voluntad está en los dos primeros estados –esto es la traducción racionalista de la idea cristiana de providencia-, si uno no cree que es posible armonizar voluntades la racionalidad se vuelve un problema constitutivo, la filosofía del conflicto, no puedo establecer una armonía general al igual en el individuo: no puedo establecer un yo armónico. Freud, Marx, el capitalismo, Nietzsche, postestructuralismo son una negación de una unificación general del pensamiento. Lo que hay detrás es la presencia de la negatividad sobre la positividad. Rousseau había visto el problema y solucionado con la voluntad general, hace la voluntad individual y a la vez general. Dice Hegel que esa voluntad general es sentimental y comunitaria –es un sentimiento común; de esta forma no es posible establecer una verdadera universalidad. La unidad racional de voluntades es el estado, es Dios objetivamente histórico, hace la paz según la voluntad de las voluntades. Negar el estado para Hegel es negar toda su política puesto que todo descansa en pensar que hay una racionalización universal de la voluntad, lo mismo que decir Dios existe pero yo no tengo nada que ver. Si niego la unidad social es imposible construir ninguna sociedad. Solo si hay una voluntad general eficaz la sociedad es real, y el pensar es real.

La voluntad finita es caprichosa. La infinitud es la que conoce en sí misma como voluntad. En la no infinitud el yo no es consciente de toda su posibilidad de querer, o sea, de su querer libre. La buena voluntad es el uso infinito, acabado y perfecto de la voluntad sobre sí misma. La verdadera voluntad libre tiene como cometido a ella misma. La verdadera voluntad libre es la tautología, quiere su voluntad, quiere lo que quiere querer, por eso la libertad se confunde con la necesidad. El objeto universal y racional es el objeto de la voluntad. La voluntad que quiere algo universal y libre es el Estado. El da-sein, el aparecer en un lugar de la libertad es de derecho y por tanto el estado. Es el autor más razonable de la teoría del estado dentro de la tradición moderna, rechazada por la parte femenina, que dice que la voluntad no se puede identificar con un dato objetivo. Hegel subordina la voluntad a la idea. No es posible la creatividad. No hay creación, la novedad es imposible, la teoría del estado hegeliano es muy rígida.

El derecho abstracto. Lo abstracto es lo inmediato. El derecho en su forma inmediata abstracta se refiere a la voluntad individual de un sujeto. Sólo una voluntad libre es sujeto de derecho. Esa voluntad subjetiva de derecho es una actividad en la que aparece el yo de una manera incipiente. Es lo que Hegel llama personalidad. Un ser que tiene auto-conciencia de sí como un yo abstracto de toda relación y por consiguiente libre. En el primer momento de la voluntad hay personalidad. Sólo la persona es sujeto de derecho. El derecho ofrece a cada uno de los sujetos una pura posibilidad; el reconocimiento de una posibilidad. Pero todavía no es derecho pleno, no me constituye plenamente como ciudadano en la vida social; derecho puramente formal. El mandamiento jurídico es: Sé una persona y respeta a las demás personas! La determinación jurídica me da una capacidad pero no es necesario que yo solicite que es derecho se realice, es solo una posibilidad.

Indeterminación absoluta → determinación particular → determinación universal

Derecho abstracto (personalidad, posibilidad de ejercitación social) → Moralität → eticidad.

La forma de estructuración del libro refleja el modo de pensar de Hegel. Esta obra es el más completo tratado de política, es además original y audaz en la medida en que intenta conectar campos que suelen presentarse desconcertados.

(1) Incluye en su estudio el derecho en general, la moral, la filosofía social y la filosofía política. Termina con la historia universal (con el último capítulo), que es una interpretación de la política dentro de la historia. Lo bonito de Hegel es cómo intenta conectar esos diferentes campos.

(2) Este libro es también una filosofía práctica (porque trata los temas centrales de esa filosofía) y es práctica porque intenta mover al lector a la acción (de hecho muchos lo entendieron como un panfleto político).

(3) Intenta coordinar los dos aspectos más peculiares del alma moderna: libertad y racionalidad y racionalidad: principal interés sistemático de la obra. Sólo una ética, política… que garantice la libertad es digna del hombre pero también es consciente de las implicaciones de la justificación liberal de la libertad y muestra que la libertad pierde su riqueza si no se incluye en la racionalidad. Se parece al intento cristiano y es una racionalización de él. Sólo una persona consicente de lo que hacer que es deulo de sus actos actúa como debe, pero si actúa en contra de la razón esa libertad se vuelve sobre sí, lo que era apertura se convierte en obstáculo. Actuar contra razón no tiene salida, hace perder la libertad. La clave de la libertad consiste en ser consciente de las dos cosas, de la espontaneidad y de la necesidad de obedecer a la razón, esa razón tiene que ser temporal.

No es una razón abstracta sino histórica. Die Vernunft in der Geschichte, die Welgeschichte, es la traducción cristiana de la razón divina providente. El cristianismo dice que si actúas libremente pero en contra de la providencia creerás que eres libre, pero estás obstruido, no alcanzarás tu verdadero ser. Dios alcanza sus fines incluso sirviéndose de su rechazo. Dios va a conseguir lo mismo, tú no. Die Dist der Vernunft, la astucia de la razón. Todo lo que cada hombre hace se integra en la historia. Por eso la filosofía política o social y la filosofía de la historia son dos modos de tratar la misma sustancia. Hegel en este punto intenta ser ponderado. No dejar de lado ningún aspecto de la realidad. Sólo se puede ser social siendo consciente de la libertad individual. En esto es moderno y en esto supera lo dicho por los clásicos que lo ratificarían en un segundo orden, tratando al ser humano solo como miembro de instituciones. La figura de libre pensador del XVIII parece extraña: nadie puede desarrollar su vida a espaldas de la sociedad. En la revolución se revaloriza y absolutiza la historia individual. La modernidad significa un paso interesante al subrayar la responsabilidad individual de cada sujeto. Es también una universalidad de al vida social. Tanto más se universaliza la sociedad, tanto más uno es libre.

En el hipotético hombre natural, no se enriquece, pero en esa misma medida es libre: libre. Cuando aparece la mujer aparecen los problemas: trabajo, hablar… Se pierde la libertad en el sentido original, pero se gana otra de mayor riqueza y la felicidad interior. Ahí hay grados. En una sociedad pequeña la libertad de movimiento es menor, cuando la sociedad es mayor vuelvo a adquirir una libertad parecida a la de el hombre natural, al ser más amplia es más abstracta, los vínculos son más abstractos, reaparece un cierto tipo de libertad natural, me puedo mover con más libertad. Hay aspectos que me unen, base para vivir humanamente. La división del trabajo produce enriquecimiento y unidad social. El grado de necesidad que yo tengo de los demás, coartar la libertad de movimiento. Cuando la sociedad se hace mayor y funciona tengo las ventajas de la sociedad, más enriquecimiento y quito las desventajas, al estar ligado en lo inmediato y concreto. Lo típico de las sociedades modernas es la movilidad social posibilitada por el dinero. Existe la tentación de decir que esa es la sociedad ideal. Hegel no cree posible y conveniente establecer una relación directa entre el todo de la sociedad y los individuos. La sociedad es una organización y todo organismo tiene mediaciones. Sin esas mediaciones el ser humano no alcanza a concretar la universalidad. Sin mediación es abstracta. La sociedad en totalidad es la racionalidad en general. Pero como es el diálogo lo que tengo con todos es abstracto. La pura individualidad es irracionalidad (sentimiento), los puentes son racionalidad. Pero la unidad total es abstracta y en ella el individuo se siente vacío. Conseguir la articulación es lo que la racionalidad pide, una noción abstracta no es suficientemente racional. Si la racionalidad es abstracta es una falsa racionalidad: si la sensibilidad es sólo sensibilidad no es ni siquiera sensibilidad. El ser humano no puede ser pura puntualidad. El punto es la imbecilidad del ser. La individualidad sin relación con nada es nada. La realidad es siempre unidad en la diversidad o diversidad unificada.

La particularidad en cuanto particularidad es la mentira del ser. La verdad de lo particular es su interpretación en el resto. En este sentido es antiliberal. El individuo en cuanto individuo es la mayor estupidez. El individuo solo lo es frente a otro y ese frente, la presencia de los extremos. Hegel subraya la dimensión clásica de la naturaleza humana, el hombre solo es hombre en sociedad. En sentido ampliado (con Dios) nadie puede ser persona sino en sociedad. Nadie puede ser ni siquiera individuo si no fuera por su aspecto relacional y viceversa. Por eso una filosofía política que no trata las instituciones está condenada al fracaso. El error total en la filosofía política es el romanticismo radical, hace imposible la sociedad y también la persona. El romanticismo conduce al suicidio, al nihilismo. También el romanticismo es el suicidio de la sociedad: la consideración del individuo absoluta en cuanto individuo acaba con la sociedad. De ahí se desprende el concepto de genio. Enfatización total de lo sentimental (individual) pero a la vez la sentimentalidad pide comunicación con lo otro, pero la enfatización cierra una posible comunicación. Hegel parte de una crítica al pensamiento romántico. Es la negación de la razón. La sociedad se hace sólo cuando la relación con el otro es una necesidad y una obligación. La integración es necesaria por naturaleza, pero también al ser capaz de negar las tendencias naturales y buscar mi perfección, tiene obligación de hacer sociedad con alguien. Si se reduce la socializad se reduce la propia perfección. La neutralidad social es imposible. Todo hombre está ocupado lo quiera o no en construir o destruir la sociedad. Nacemos siendo hombre pero no humanos. El hombre tiene que humanizarse. La interpretación institucional es la única forma de libertad que tiene el hombre porque el gran problema de nuestra sociedad es que el diálogo social no sea abstracto sino enriquecedor. El gran concepto social no es la representación, como dice la democracia, sino la participación. Sólo si participas vives.

El que no está presente se equivoca siempre. Sólo el que está atento y responde vive, se enriquece y enriquece al otro. El problema es organizar ese diálogo.

“Hay gente esclava por naturaleza”, inaceptable más para un demócrata. Se es esclavo por carácter, se nace con un carácter. El carácter de la persona es aquel cuya finalidad es hacer lo que también podría una bestia. Entre el señor y el esclavo no hay diálogo entre iguales. La esclavitud en sentido positivo es que por afecto o amor a una persona se hace esclavo, esa esclavitud permite el diálogo. Esa esclavitud es societaria y dialogante, en la medida en que le escuchas y entiendes te haces igual a él. Y esa es la manera de entender a la Virgen como esclava del Señor. Eso está en Proclo (solamente el que es totalmente obediente comprende), comprender es comunicar.

La otra manera es lo contrario. Yo no escucho y en realidad no respondo, sólo hay una forma mecánica exterior y eso provoca la desigualdad social. Las distintas formas políticas se corresponden con las formas diferentes de diálogo. Y esto es lo que no aparece en Hegel. No tiene idea del amor al prójimo. El diálogo se establece por la pura racionalidad. Hegel cree que la concreción de la idea viene dada por la sensibilidad, pero es necesaria la voluntad. Para entender definitivamente al prójimo tengo no sólo que conocerlo sino quererlo. La sabiduría no me hace sabio, el amor a ella sí. Cuando Hegel dice ya vale de amar la sabiduría, vamos a hacernos sabios, construye un sistema de pensar puro que sucumbe a la identidad. Pero la verdad es que hay unidad en la diversidad. Kierkegaard dice que Hegel anula la moralidad porque los individuos se disuelven en la razón absoluta, la ética puramente racional no es práctica, no mueve. Hege se da cuenta de que una idea que es sólo idea no es suficientemente verdadera. La verdad es vida, praxis. Por eso mismo se puede decir que su sistema no es suficientemente práctico. La diversidad se debe mantener en el más acá y en el más allá para que la humanidad sea digna.

Para el ser humano no hay más posibilidad de ser humano que ser sobrehumano, sin otro mundo más allá la ética no es posible y entonces la vida humana en cuanto humana tampoco es posible. La lucha interior no tiene sentido sin un fin personal. Eso no lo ve porque el idea es naturalístico, panteísmo. En el idealismo al no haber sobrenaturalismo no hay motivación. El panteísmo siempre proclama la ética pero no la lucha para alcanzarla, no la puede realizar. Si se quiere vivir con naturalidad solo se puede hacer desde la sobrenaturalización, solo desde ella se puede ser natural. Cualquier filosofía liberal política (deísta) o su contrario (panteísta) no puede funcionar. El único que puede funcionar es el que intenta alcanzar la naturaleza desde la sobrenaturalaza. Lo privado y lo público no se contraponen sino que se condicionan mutuamente. Privado: ámbito del diálogo concreto donde se aprende. Si hay un ambiente privado el individuo puede ampliar después inteligiencia y corazón que es la universalización del ámbito privado.

Los juristas se quejan de que no hay ámbito de lo público porque ni liberal ni socialismo tiene ese ámbito. El socialismo porque es abstracto, el estado es el partido en el poder: lo público es el ámbito privado de los que mandan, el coto privado de los que tiene en su mano lo público. En el sistema liberal sólo hay supremacía de lo individual. Lo público es lo que es, de todos y de cada uno. No hay ámbito público porque no hay ámbito privado. Privatismo no es lo mismo que individualismo. Lo individual en cuanto individual es tan abstracto como lo público en cuanto público, son intercambiables. Es necesario volver a diferenciar lo privado y lo público, el diálogo entre ambos son las corporaciones y las instituciones.

1 comentario:

  1. Agradecería saber en qué obra de Hegel, afirma o explica que " El punto es la imbecilidad del ser". Muchas gracias!

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